(Acerca de este artículo: nota)
La cuestión de la inteligencia de los vegetales es un tema de debate en la comunidad científica. De hecho, se ha comprobado una cierta tendencia en la comunidad científica de subvalorar o menospreciar los estudios acerca de la cognición vegetal o derechamente sobre inteligencia en las plantas. Por ello, hasta hace un tiempo solo era posible encontrar estudios en los que se podía inferir que hablaban de la capacidad cognitiva de vegetales, sin plantearlo directamente, por miedo al menosprecio del que hablamos.
Hoy en día, si bien esto ha ido cambiando, se mantienen ciertas lógicas y distancias respecto del particular. Pareciera ser que hay una actitud natural por parte de la comunidad científica a no aceptar la posibilidad de que los seres vegetales tengan capacidades similares o cercanas a las de ciertos animales.
Algunos investigadores argumentan que las plantas son capaces de realizar complejas operaciones cognitivas y mostrar comportamientos que podrían interpretarse como inteligentes. Por ejemplo, se ha observado que las plantas pueden detectar la presencia de depredadores y responder mediante la producción de compuestos químicos defensivos. Además, las plantas pueden ajustar su crecimiento y desarrollo en respuesta a señales ambientales, como la luz, la temperatura y la humedad. Otros investigadores, sin embargo, argumentan que estos comportamientos no necesariamente implican inteligencia en el sentido tradicional, ya que no están asociados con la conciencia, la toma de decisiones o la capacidad de aprendizaje y adaptación.
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Es importante destacar que la inteligencia es un concepto complejo y multidimensional, y que puede ser difícil aplicarlo a organismos que no poseen un sistema nervioso centralizado. En cualquier caso, la investigación sobre la inteligencia de los vegetales está en pleno curso y promete importantes resultados en los próximos años.
El filósofo español Paco Calvoi es una de las voces relevantes en torno al campo de la neurobiología vegetal, el área de estudio que en los últimos años ha revelado una forma propia de inteligencia en las plantas. Calvo dirige el Minimal Intelligence Labii de la Universidad de Murcia y es miembro del comité científico asesor del Laboratorio Internacional de Neurobiología de Plantasiii, un grupo global de expertos con un enfoque multidisciplinar.
En una entrevista realizada por la revista Cartagena Piensa, en 2018, frente a la pregunta de si ¿podemos hablar de inteligencia vegetal?, Calvo responde: “No me cabe la menor duda. Ahora bien, me resisto a dar definiciones encorsetadas. Basta que propongas una definición para que te lluevan cien contraejemplos, siempre, claro, obviando contraejemplos análogos en inteligencia animal que servirían de reductio ad absurdum de la estrategia de ridiculización de la inteligencia vegetal. Para mí es mejor hablar de competencias particulares que caen bajo el paraguas de conductas observables inteligentes: patrones de coordinación sensoriomotora, formas básicas de aprendizaje y memorización, toma de decisiones, resolución de problemas.iv
Esta ridiculización probablemente se acuñó en esas ideas que algunos pueblos originarios que las divinizaban o las señoras que hablaban a las plantas o quienes ponían música para que “crecieran mejor” fue culturalmente rechazado por la ciencia. No obstante, en a actualidad ya se cuenta con diversas investigaciones científicas que están entregando importante información para cambiar el estado de la situación
Entre los investigadores más difundidos que se encuentran estudiando esta problemática se encuentran:
Stefano Mancusov, biólogo italiano especializado en neurobiología vegetal y ecologíavi. Es profesor de la Universidad de Florencia y director del Laboratorio Internacional de Neurobiología Vegetalvii. También es cofundador de la Asociación Internacional de Neurociencia Vegetal y editor en jefe de la revista científica "Plant Signaling & Behavior".
La propuesta de Stefano Mancuso es que las plantas tienen una capacidad sensoril y una capacidad de "pensamiento" similar a los animales, lo cual les permite adaptarse y sobrevivir en su entorno. Mancuso propone que las raíces tienen un sistema nervioso vegetal que les permite detectar y responder a estímulos ambientales, y que esta capacidad es esencial para la supervivencia de las plantas. Según Mancuso, las plantas son efectivamente seres sintientes, es decir que tienen sensaciones y consciencia. Además, Mancuso ha investigado sobre la capacidad de las plantas de comunicarse entre sí, utilizando señales químicas y mecanismos de simbiosis para cooperar y competir con otras plantas. En resumen, Mancuso sugiere que las plantas tienen una inteligencia y una capacidad de adaptación similar a los animales, y que esta capacidad es esencial para su supervivencia.viii
Anthony Trewavasix, científico británico de la Universidad de Edimburgo, ha investigado sobre la capacidad de las plantas para procesar información y tomar decisiones. En particular, Trewavas ha propuesto que las plantas utilizan redes neuronales para procesar información y tomar decisiones adaptativas, argumentando que las plantas tienen un sistema de señalización intracelular que es similar al sistema nervioso de los animales, y que esta capacidad les permite procesar información y tomar decisiones adaptativas. El científico ha propuesto que las plantas utilizan un sistema de "memoria a corto plazo" que les permite recordar y responder a estímulos ambientales, y que esta capacidad es esencial para su supervivencia. Trewavas ha presentado evidencias de que las plantas pueden procesar información de manera similar a los animales, como la capacidad de aprender y recordar estímulos, y la capacidad de adaptarse a su entorno mediante la selección natural.x
Mónica Gaglianoxi es una investigadora australiana que ha estudiado la capacidad de las plantas para aprender y tomar decisiones, así como su capacidad para comunicarse mediante señales químicas. En su investigación, Gagliano ha realizado estudios experimentales para mostrar que las plantas son capaces de aprender de su entorno y tomar decisiones adaptativas. Uno de ellos, el más conocido, es en el que se demostró que las plantas pueden aprender a discriminar entre diferentes tipos de estímulos. En este estudio, entrenó a las plantas a responder a un estímulo (un sonido específico) mediante la liberación de una sustancia química, y luego las sometió a una serie de pruebas para medir su capacidad para discriminar entre diferentes sonidos. Los resultados mostraron que las plantas eran capaces de aprender a discriminar entre diferentes estímulos y de responder de manera diferente a cada uno de ellos. Otro estudio de Gagliano demostró que las plantas son capaces de comunicarse mediante señales químicas, y que esta capacidad les permite cooperar y competir con otras plantas. En este estudio, Gagliano demostró que las plantas pueden emitir señales químicas para atraer a los depredadores de sus competidores y así obtener una ventaja competitiva.xii
Susanne Rennerxiii, profesora de botánica de la Universidad de Múnich ha investigado sobre la capacidad de las plantas para adaptarse a su entorno mediante la selección natural. Uno de sus estudios más relevantes es el que se enfoca en la evolución de las flores y su relación con los polinizadores. En este estudio, Renner ha propuesto que la evolución de las flores es el resultado de una interacción entre las plantas y sus polinizadores, y que esta interacción ha llevado a la adaptación mutua de ambas especies. Renner ha argumentado que las flores han evolucionado para atraer a los polinizadores mediante la producción de néctar y otros estímulos visuales, y que los polinizadores han evolucionado para buscar esos estímulos y transferir el polen entre las flores. Esta teoría sugiere que la selección natural ha llevado a la adaptación mutua de las plantas y sus polinizadores, y que esta adaptación ha sido esencial para la supervivencia de ambas especies.xiv
Frantisek Baluskaxv es un científico y profesor universitario alemán nacido en Eslovaquia en 1957. Es conocido por sus investigaciones sobre el sistema nervioso vegetal y la capacidad de las plantas de detectar y responder a estímulos ambientales. Ha trabajado en varias instituciones académicas y de investigación en Alemania, incluyendo la Universidad de Bonn, la Universidad de Tubinga y el Instituto Max Planck de Fisiología Molecular de Plantas en Potsdam. En sus investigaciones, Baluska ha demostrado que las plantas tienen células nerviosas y una red compleja de señalización celular que les permite detectar y responder a diferentes estímulos ambientales, como la gravedad, la luz, el tacto y las sustancias químicas. También ha investigado sobre el papel de las raíces en la comunicación entre las plantas y cómo las plantas pueden reconocer a sus vecinas y ajustar su crecimiento y desarrollo en consecuencia. Las investigaciones de Baluska han sido publicadas en numerosas revistas científicas y ha recibido varios premios y reconocimientos por su trabajo en el campo de la biología vegetal.xvi
Susan Simardxvii, ecóloga forestal canadiense cuyo trabajo ha contribuido significativamente a la comprensión de la comunicación y el intercambio de recursos entre los árboles en los bosques. En particular, Simard ha estudiado el papel de las micorrizas, que son una asociación simbiótica entre los hongos y las raíces de las plantas. Descubrió que las micorrizas no solo ayudan a las plantas a obtener nutrientes y agua del suelo, sino que también actúan como un sistema de comunicación subterráneo entre los árboles. En su investigación, Simard utilizó trazadores isotópicos para demostrar que los árboles en un bosque intercambian carbono, nitrógeno y otros nutrientes a través de las micorrizas, y que las especies de árboles conectadas por micorrizas son capaces de "hablar" entre sí y cooperar para sobrevivir en un ecosistema competitivo. Simard también ha demostrado que la comunicación y la cooperación entre los árboles se ven afectadas por la deforestación, la fragmentación del bosque y otros cambios en el entorno natural. Su trabajo ha ayudado a aumentar la conciencia sobre la importancia de los ecosistemas forestales saludables y ha inspirado un mayor interés en la comunicación y la inteligencia de las plantas.xviii
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NOTA: Este artículo debe entenderse como la introducción o primera parte del anexo: "Anexo: Inteligencia vegetal y creatividad. Hugo Baronti Barella (en revisión)" que contiene además una segunda parte que se encuentra publicada en el artículo: Arte y creatividad: la creatividad en el reino plantae, en este website. Este texto fue agregado como anexo del documento: Baronti, Hugo (2023). "Vegetales como artistas naturales: hacia el reconocimiento de la autoría y la conservación del medio ambiente a través del arte".
NOTAS Y REFERENCIAS
viii Mancuso, S., & Viola, A. (2015). Brilliant Green: The Surprising History and Science of Plant Intelligence. Island Press
x Trewavas, A. (2005). Green plants as intelligent organisms. Trends in Plant Science, 10(8), 413-419.
xii Perception and Learning in Plants" de Mónica Gagliano, publicado en la revista Ecological Psychology en 2014.
xiv Plant Speciation: The Role of Hybridization, Nectar, and Stomatal Behavior" de Susanne Renner, publicado en la revista Annual Review of Ecology, Evolution, and Systematics en 2004
xvi "Plant-Environment Interactions: From Sensory Plant Biology to Active Plant Behavior", publicado por Frantisek Baluska en la revista Trends in Plant Science en 2006
xviii Un libro donde Susan Simard ha resumido su trabajo de manera destacada es "Finding the Mother Tree: Discovering the Wisdom of the Forest", publicado en 2021 por la editorial Knopf.
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